NUNCA FUI EL MEJOR A NADA


Por: Alejandro Pepiche - Argentina
Director Adjunto Básquet Futuro Internacional

Mi amigo Pato, era un correcto armador de su equipo de juveniles, de esos point guards que piensan en dar la pelota en ventaja a los compañeros, conociendo sus virtudes y defectos. Un armador que tiraba poco pero bien, y de los que recuperan más balones de los que pierden. Con liderazgo pero sin creerse una figura.
Esa temporada llegaron a la final del campeonato y el día del partido final, saliendo del vestuario luego de la charla técnica y rumbo a la duela, Pato detuvo a su compañero y estrella del equipo para darle su aliento de cara al juego que daría comienzo, Pato le dijo – Vamos, si vos juegas bien y concentrado no podemos perder. A lo que aquel jugador que tanto admiraban todos le respondió – Si, pero hoy también te necesitamos a vos, si vos juegas bien tampoco podemos perder. Pato me confesó años después lo impactante que fueron para el esas palabras. En mi caso, siempre fui un discreto jugador, ayudaba con pequeñas entradas a los descansos de mis compañeros, pero un día en un partido de semifinales donde el tanteador nunca se había separado más de 5 puntos para ninguno de los equipos, fui a recambiar a un compañero que sumaba su 5ta falta y nos dejaba sin anotador. En el momento en que estaba ingresando al campo, el saliente me tomo de la mano y me dijo – Cada vez que tengas lugar ataca el aro como un caballo, que no te importe nada. Tengo que reconocer que me elevo a un estado que jamás había sentido en un campo de juego.

Pato fue campeón y yo anoté 8 puntos en 5 minutos y ganamos por un punto esa semifinal, tuvimos finales felices, pero lo mágico que aquellos momentos fue lo que les conté antes. Lo maravilloso de esté juego de equipo es que un día cualquiera y cuando menos lo esperen, algo o alguien les hará sentir el más importante y el más necesario, otros deportes y sobre todo los individuales tienen la crueldad que implica la soledad, un mal día es solo tuyo y eres el único responsable. Un equipo brinda la contención de saberte un engranaje, una parte sin la cual la máquina no funciona igual. Si eres jugador, trabaja para mostrar las razones por las cuales debes jugar y si eres coach, trabaja para que tus jugadores sientan la confianza y conozcan que tipo de engranaje son en esa maquinaria que llamamos equipo.

Nunca sientas que no sirves, pues algún día cuando menos lo imagines, cuando no lo hayas programado, te van a necesitar.