John Wooden Corner's


MI FILOSOFÍA DE ENTRENAMIENTO ( I )


Bajo el mando de John Wooden, el equipo de UCLA se alzó con el título de NCAA en 1964, 1665, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971 ,1972, 1973 y 1975. Fueron diez victorias en las doce finales que disputó. A comienzos de los 70, el conjunto encadenó una serie de 88 victorias consecutivas, incluidas dos temporadas (1971-72 y 1972-73) en las que no supo lo que era la derrota. UCLA volvió a enlazar 28 partidos ganando entre las temporadas 1963-64 y 1973-74.

La prensa estadounidense lo sitúa a la altura de otros históricos como Vince Lombardi, de los Green Bay Packers, o Knute Rockne, de Notre Dame, ambos de fútbol americano.

Wooden a lo largo de su carrera como técnico de los Bruins, entrenó a jugadores míticos como Walt Hazzard, Kareem Abdul-Jabbar o Bill Walton. También consiguió campeonatos sin grandes estrella en la formación, como ocurrió en la campaña 1974-75. Tras ese año se retiró como entrenador con un  balance de 620 victorias y 147 derrotas. 


Webster nos dice, entre otras cosas, que un filósofo es una persona que encara todas las situaciones, tanto favorables como desfavorables, con calma y compostura. Además, entre los comentarios el hace una definición de  filosofía: amor a la sabiduría o al conocimiento, estudio del proceso que preside la conducta y el pensamiento; principios generales de las leyes o un campo de conocimiento o actividad y un estudio de la moral humana, carácter y comportamiento.
Ciertamente, estas definiciones indican la necesidad que tiene un entrenador de ser algo más que un filósofo y tener una filosofía propia que le permita hacer lo correcto en la profesión que ha elegido.

Los psiquiatras dicen que dos síntomas posibles de enfermedad son la manía de grandeza y la manía persecutoria. Los entrenadores sufren delirios de grandeza cuando sus equipos llevan a cabo lo que no parecía posible y manía persecutoria cuando todo les parece que está en su contra. Ellos deben aceptar filosóficamente estas situaciones con calma y serenidad y continuar tomando decisiones con la mente clara y sentido común.

Los entrenadores deben ser capaces de reaccionar de manera filosófica ante cualquier reacción impredecible de los jugadores, fans, contrarios,  o cualquier otros que tenga un interés personal en los participantes, el juego o los tanteos de los partidos. El entrenador debe saber su lugar como profesional frente al público y recibirá, en ocasiones, tanto críticas injustificadas como halagos; no deben afectarle ninguna de las dos cosas. Debe realizar buena parte de su trabajo bajo circunstancias que suelen ser de naturaleza emotiva entre individuos inmaduros.

Aunque es una difícil tarea explicar mi filosofía, creo que los siguientes puntos constituyen una parte de ella.

HACER LO MEJOR

Un entrenador debe hacer sólo lo mejor, nada más, pero está obligado a hacerlo, no sólo por él mismo, también por la gente que lo ha contratado y por las personas que tiene bajo su supervisión. Si realmente haces lo mejor, y realmente sólo lo sabes tu, entonces tendrás éxito y el tanteo no tendrá importancia, tanto si es favorable como si no. De todos modos, cuando fallas  habiendo hecho lo mejor por tu parte, siempre piensas que el  marcador te debería haber sido más favorable.

Esto no significa que no tengas que entrenar para ganar. Debes enseñar a tus jugadores a jugar para ganar y debes hacer todo lo que esté en tu mano para ello siempre que sea ético y honesto. No quiero jugadores que no tengan un claro deseo de ganar y que no jueguen duro para conseguir este objetivo. Quiero ser capaz de sentir y que mis jugadores sientan que haciendo lo mejor se consigue la victoria.

Es completamente posible que cualquier éxito que haya tenido o que vaya a tener esté directamente relacionado a mi capacidad no sólo de inculcar esta idea en mis jugadores, sino también de cumplir conmigo mismo.

Por eso, continuamente les recalco a mis jugadores que todo lo que espero de ellos tanto en los entrenamientos como en los partidos es su mejor esfuerzo. Deben estar ansiosos de convertirse en los mejores que sean capaces de ser. Yo les digo esto, aunque quiero que están contentos por la victoria y por su satisfacción personal, que tengan la mayor satisfacción sabiendo que ellos y el equipo han hecho lo mejor. Espero que sus acciones o conducta durante el partido no indiquen la victoria o la derrota. Las cabezas siempre deben estar altas cuando has hecho lo mejor, a pesar del marcador y no hay razón para estar demasiado contento por una victoria ni demasiado deprimido por una derrota.

Además estoy profundamente convencido que aquellos que tienen la satisfacción de saber que han hecho lo mejor, acabarán el partido de una forma conveniente, y quizá mejor que lo que su capacidad natural muestre.

EL ENTRENADOR COMO PROFESOR

Puesto que la mayor responsabilidad de un entrenador en relación al juego es enseñar apropiadamente a los jugadores a ejecutar los diversos fundamentos del juego, él es por encima de todo un profesor.

En realidad, es improbable que un cualquier otro profesor encuentre necesario seguir las normas de la enseñanza tan de cerca como un profesor que enseña los fundamentos del baloncesto. Un fundamento debe ser explicado y demostrado, la demostración correcta debe ser imitada por los jugadores, su ejercicio debe ser observado y corregido y entonces, los jugadores deben repetir una y otra vez el modelo hasta que han formado el hábito correcto en el punto que reaccionarán instintivamente de la manera adecuada.

Si el entrenador es por encima de todo, un profesor, las siguientes ideas expresadas por Mr. John R. Shannon, brillante profesor, y director de mi tesis, deben también aplicarse a los profesores. Aunque las palabras exactas se han cambiado un poco, las ideas son básicamente las mismas.

El entrenador debe “llegar” (estar presente), “ver” (diagnosticar) y “conquistar” (corregir). Debe continuamente buscar maneras de mejorar para así poder mejorar a otros y recibir a cualquier cosa o persona que le pueda ser de ayuda. Un lema sabio podría ser : “Los otros también tienen cerebros”.

Los siguientes 10 puntos que él formuló, son útiles para el profesor y también para el entrenador de baloncesto.

1.   Conocimiento de la materia.
2.   Conocimiento general.
3.   Habilidad en la enseñanza.
4.   Actitud profesional.
5.   Disciplina.
6.   Organización de la clase.
7.   Escuela y relación de comunidad.
8.   Relación profesor-alumno (entrenador-jugador).
9.   Trato amable y consideración hacia los demás.
10. Deseo de mejorar.


EL ENTRENADOR COMO LIDER

            El entrenador nunca debe olvidar que es un líder y no sólo una persona con autoridad. Los jóvenes bajo su supervisión deben ser correctamente guiados por él en todos los aspectos y no sólo en relación a su juego.

            Después de sus padres, los profesores son las personas con las que más tiempo pasan y por las que más influenciados son, y el entrenador es el profesor que más les influirá.

            Además, no es sólo su deber moral, sino también obligación del entrenador estar completamente seguro y llevar su responsabilidad con mucho empeño. La poderosa influencia que se puede ejercer debe ser un lema sagrado para todos aquellos que estén en posición de ayudar a moldear el carácter de los jóvenes en sus años de formación.

            Mr. Wilferd A. Peterson nombra una serie de importantes ideas en relación al liderazgo en su ensayo “El arte de liderar”. Algunos son estas:

·      El líder es un sirviente. Como Maestro de Hombres expresado en “Y porque sería un jefe, déjale ser tu criado”.
·      El líder ve a través de los ojos de sus seguidores.
·      El líder dice “¡Vamos!” y dirige mejor el camino que si dice “¡Vamos a ir !”.
·      El líder asume que sus seguidores están trabajando con él, no para él. Ellos comparten las recompensas y las glorias del equipo.
·      El líder construye hombres, El mayor número que pueda, la organización más fuerte, incluyéndole a él mismo.
·      El líder tiene fe en la gente. Cree en ellos,  confía en ellos y pone lo mejor en ellos.
·      El líder debe usar su cabeza igual que su corazón. Después de sopesar los hechos con su cabeza, debe dejar echar una mirada a su corazón también. Es un amigo.
·      El líder planifica las cosas en movimiento. Es un hombre de acción tanto como un hombre de pensamiento.
·      El líder tiene sentido del humor. No es una cosa. Tiene espíritu humilde y puede reírse de el mismo.
·      El líder puede  ser guiado. El no está interesado en tener su propio camino, sino encontrar el mejor camino, Tiene una mente abierta.
·      El líder pone sus ojos en altos objetivos. El se afana para que sus seguidores y el mismo contribuyan al enriquecimiento de la personalidad y la mejora de vida de todos ellos.

            El entrenador que haga un sincero y determinado esfuerzo de seguir las ideas y los ideales del líder que he tomado del ensayo de Mr. Peterson, mejorará sus cualidades de liderazgo y realzará las posibilidades de un equipo ganador.

            Un equipo sin liderazgo es como un barco sin timón, vagando sin alma y que probablemente termine haciendo círculos y yendo hacia ninguna parte.

            Naturalmente, el entrenador debe conocer el juego y a sus jugadores para ser capaz de llevarles bien, pero él es quien debe recibir y asumir la completa responsabilidad.



John WOODEN