Director Adjunto de Básquet Futuro Internacional
Una persona mira directo a los ojos a otra persona y le dice – Te amo. Alguien estrecha la mano de alguno y le dice – No te preocupes, yo me ocupo. Un señor atiende el teléfono escucha a su interlocutor y le contesta – Espérame voy para allí. Cada una de las personas que afirmó lo anterior tomó un compromiso, tan fácil como eso. El que escuchó descansa en principio en la afirmación que le han hecho y aquel que enunció se convierte en un esclavo de sus palabras. Si alguno de ellos no cumpliera se quebraría uno de los vínculos más fuertes que existen entre las personas, la confianza. Es muy probable que todos nosotros construyamos nuestras relaciones con los demás en estos términos, deseamos sentir, vivir y descansar en la confianza que nos brindan.
Si hablamos de ser coach, ésta relación se convierte en el principio fundamental de nuestro trabajo. El vínculo entre los componentes de un equipo se construye sobre la confianza que tienen nuestros dichos y nuestras acciones. El coach es un ejemplo a seguir y su liderazgo se cimienta en ser consecuente con lo que ha dicho y corresponder con lo actuado en todo momento.
Y como las construye un político?
Una actividad plagada de vaivenes, donde los aliados de hoy son los enemigos de mañana, donde las relaciones se sostienen sobre la idea de tener un plan A, un plan B y un plan C, que probablemente serán reemplazados por un plan D. Alguna vez leí que la política era el arte de mantener el poder a lo largo del tiempo. La confianza ciega parece no ir de la mano de esta afirmación. Los dirigentes deportivos en general de una u otra forma son políticos, es probable que no construyan sus relaciones personales como los coaches.
Que hacemos?
Nos dedicamos a vivir en la antinomia o debemos entenderlos y acercar formas de comprender como trabajar conjuntamente, la confianza no es una visión romántica o dramática de una relación, tampoco desconfiar de todo vínculo nos coloca en una posición más realista. Pero si puedo ayudar en algo, creo que una buena forma de construir una relación sólida es ser genuino, manifestarse como tal y al mismo tiempo tolerar las diferencias en beneficio de obtener objetivos planeados conjuntamente. En un proyecto deportivo se necesitan atletas buenos, técnicos buenos, administrativos buenos y dirigentes buenos interactuando. Cualquier pata de una mesa que quiera ser más larga que las demás le quitará estabilidad y ustedes saben muy bien que una mesa sin equilibrio NO es cómoda para nada y para nadie.